9 de diciembre de 2010

CASUERIES - BRASIL

FAVELADOS: SAMBANDO CON LA MÁS FEA
A PROPOSITO DE LAS DECLARACIONES DE MACRI

La foto la tomé que acá
Es mi primer escritura intempestiva. Almorzaba y escucho ciertas declaraciones del Jefe de Gobierno, Mauricio Macri, en relación a la ocupación y violento desalojo del Parque Indoamericano, donde dice algo así como que hay que aprender de lo que hizo Lula en las favelas de Brasil. Y me espanté, no tanto por lo que dijo en sí, sino por ciertas continuidades que empezamos a escuchar. Y recauchuté estas reflexiones.



1.   Hace unos años, largos ya, con los compañeros de La Grieta, y con total impudicia e irreverencia, al menos yo que no tocaba ni de oído, nos propusimos deshilvanar Brasil. Durante ese año nos reunimos a escuchar a Caetano, a Titaz, el mangué beat, los Tribalistas, la MPB. Leímos a Jorge Amado y a Euclides Da cunha, el Casa e Senzala, nos devoramos los escritos antropofágicos. Nos enamoramos de la saudade, de la mezcla, de la vibración arcaica. El producto de todo eso fue una revista bien argenta, racional, ininteligible, soberbia en la defección y la admiración. Una de las mejores que hemos hecho.



No pude dejar de pensar en esa experiencia en todo este año 2010 en el que Brasil, de la mano del alejamiento de Lula, fue cooptado por los medios de comunicación como el ejemplo latinoamericano del gobernante correcto, modelo entre las autocracias latinoamericanas. Al mismo tiempo, trajines laborales y de los otros me acercaron un poco a esa Nación, para nosotros enigmática y libidinal.

2.   Hoy vuelve Brasil a estar en nuestras voces sociales y personales. Vimos imágenes y leímos los titulares. La imagen elegida es la de la favela como campo de guerra, y la advertencia que le sigue es la de que ese es el futuro del GBA.
La guerra es el concepto de la política del siglo XX en adelante, es la forma de pensar la política en el mundo neo imperial. Acontecimiento disruptivo que instala un estado de excepción: es la resolución de la tensión entre dos fuerzas en equilibrio estable. Esta idea de la guerra, creo, se alimenta en dos hechos incontrastables: la historia de represión que el Estado Carioca y federal ejerció sistemáticamente sobre los “favelados”; y el grado de armamentización de los narcos (exagerado en las imágenes mediáticas).
Sin embargo, el término “guerra” construye una serie de representación por demás peligrosas, sobre las que tenemos que llamar la atención.

3.   En primer lugar, desplaza la responsabilidad del Estado en relación al todo social, constituyendo una situación preestatal. No es una banda de criminales sobre los que aplicar la ley del Estado, es el Estado el que está en peligro. Y en ese sentido, no hay reglas de Estado. No hay ley. Esta es la brasa que alimenta el desplazamiento de la Guerra al Terrorismo de Estado.
En consecuencia no hay criminal, pues no hay reglas. El acto se transforma en esencia, y quien comete un crimen es enemigo político. Luego, construye un “otro” totalizante.
En tercer lugar, plantea las favelas como “espacio a recuperar”, como si nadie viviese en ese espacio, como tierra yerma. ¿Recuperar para quién?
Entonces, esencialmente, la idea de guerra oculta el proceso sociopolítico que está por debajo y con anterioridad desarrollándose en esos territorios. El lento proceso de construcción hegemónica que el Estado Brasilero inició a través de los Caps y un proceso por el cual, no es  el Estado el que recupera las favelas, sino los favelados los que recuperan un Estado y con él su calidad de sujetos sociales, de derecho, ciudadanos de una nación.

Claro, como toda praxis estatal, la contradicción se instala como núcleo de la misma. Es el delgado hilo de la voluntad política del que pende el pesado péndulo del aparato monopólico de la violencia legítima. Pero esa voluntad no corta el hilo ni se encadena a él, lo sostiene con la responsabilidad que ello implica. Porque la política de seguridad es también el Presupuesto Participativo, las conferencias públicas, las reparaciones, etc.…. Es el legado de Freyre, pues quien nunca esperó nada del Estado, no necesita nada de él, entonces, cuando es Estado puede hacer lo que quiera, no necesita colgarse de su teta.
La palabra participación late viva en Río. Y en ese proceso de lentas y meditadas maniobras, llega el momento de la toma de posición: el enfrentamiento. Pero esa toma de posición ya está siendo ganada desde antes, Lula apura solamente el costo político.



4.       Es en este momento que debemos advertir los peligros del Lula y de la Guerra que nos construyen los medios. En momentos en que el presupuesto para seguridad de la Provincia asciende un 80% sin que se modifique ninguna de sus estructuras, en la SDH se dedica a entregar subsidios y computadoras dejando de lado su rol de contralor de los propios organismos del Estado, de las fuerzas de seguridad, y apoya medidas tales como el Código Contravencional y la Ley de Infancia. En este contexto, la idea de que vamos hacia una guerra en el GBA no puede sernos ingenua.











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