15 de julio de 2011

CASUERIES LUXOR

GRAFO

Secreto


Hay un secreto. Siempre lo hay. Son los labios apretados y las miradas huidizas de esos garabatos que visten a la abuela. ¿Qué pensamientos callan?
La palma de la mano acaricia la superficie en un gesto circular. Casi no la roza. Va y viene, como quitándole el polvo. ¿La está seduciendo? Dicen que hay dos formas de domesticar un potro, una es con la amansadora, la otra es acariciando lentamente, ganando su confianza. Así parece oficiar el artista.








Las yemas sienten la porosidad, calculan la absorción, miden la temperatura. El brazo ensaya un movimiento rápido, recto, descendente. La mano imagina el trazo, el movimiento, la velocidad, las distancias. Los dedos prevén la tensión sobre el aerosol. Lo sacuden. Se lanzan a la aventura
La mano piensa. No es un giro retórico. Es el oficio, el saber técnico, surgido de la experiencia, que es tiempo y movimiento, que es rutina y repetición. ¿Es la repetición la que decanta en el cuerpo o es que el cuerpo con la repetición empieza a pensar por si mismo? Cuando una practica llega a lo irreflexivo, cuando dejamos de “pensar en ello”, la herramienta se funde con el cuerpo, la mano se hace una con el aerosol. El artista puede pensar a través de él: siente la densidad de su contenido. No es el ojo el que percibe la amplitud del spray (pues para ello hay que lanzarlo y entonces no hay vuelta a tras), sino el brazo que conoce la distancia y anticipa el movimiento.
Solo esta experiencia repetida sedimentada en la “disciplina” puede sostener el genio artístico. No hay inspiración sin este saber que Weber llamaba el saber técnico secreto. Pero ese secreto no lo es por conjuro sino por imposibilidad de expresión: lo que tardar años en decantar ¿Cómo puede ser contado en palabras?
El oficio que sostiene al arte es lo inefable de su praxis. Es la estructura de emplazamiento que hace posible el be-bop de colores sin ensayos, apenas un bosquejo sin escalas. Un arte sin modelos.

Signos y Enigmas
Hay algo que molesta hoy en el living, algo de lo que aparece en ese dibujo. Una señora, un vestido y ¿una flor? Un sombrero que parece un barco, un árbol que es guitarra, corazones por todos lados. Un Planeta Exupery. Un hogar en escala humana. Un planeta en la cabeza, un lugar donde habitar. “Hay un universo enredado en tus cabellos”, creo que cantaba T-Rex. Lunas anaranjadas, verdes, turquesas. Una vía Láctea de colores. ¿Una escalera o un raro peinado nuevo? ¿Una niña corriendo? ¿Es un brazo o es un ala?
El muro se abre a lo público de manera diferente que el lienzo. El marco de este último lo encierra en su universo de sentido. Da referencialidad al contenido. En la pared no es la dimensión lo que condiciona, sino su uso. Su estar abierto al aburrimiento y las múltiples lecturas. El estallido de signos clasificados y por desclasificar vuelven al muro un espacio de dialogo permanente, una incontinencia verbal abrumadora, irrefrenable.

Ternura
Hay una apuesta al género. Pero como lógica, más que sustancia. La posibilidad de darse la oportunidad de pensar más allá de las categorías. No es un pensar contra, sino un pensar más allá. Más allá de las coordenadas espacio y tiempo y materia. Y al mismo tiempo un pensar que se instala sobre una estructura de emplazamiento sustancialmente material. La ternura como disfraz del sexo, pero también mediación del otro.
Pensar desde la ternura. Una ternura que no es naif, pero tampoco grotesco pintoresco. Ternura punk adolescente. Quizás. Algo manga. Pero también coya, y anciana.

Memoria y Sueños
Suelo dibujar en las clases una línea de tiempo, y preguntar si es posible pensar esa línea de otra manera ¿en que cultura el docente podría entrar al aula y decir vamos a dibujar una línea de tiempo y dibujar un espiral? ¿Y un círculo?
La abuela vuela, porque su destino es cambiar la historia. Pero su vuelo es hacia atrás. Es un ángel de la historia pero que vuelve a un pasado. O lo encarna, es una abuela ¿coya? Algo de eso se deja intuir. Pero su estetica de manga y su vuelo hacia un universo estridente y magenta la hacen más un manga. La coya manga. Vuela dejando un mito, o impulsada por él. El mito es su memoria. ¿su sueño es un hogar?




2 comentarios:

jose supera dijo...

muy bueno, maestro. saludos. jose s.

Anónimo dijo...

Brutal Mati como plasmaste en palabras tanto arte,un genio!!!!!!!!beso silvia g