16 de agosto de 2014

CASUERIES - LA GRIETA




SISMOS QUE PIERDEN LA FORMA HUMANA

Texto de presentación de La Grieta en las 
Jornadas "Perder la forma humana. 
Una imagen sísmica de los años 80". 
Una invitación a pensar lo "sísmico", 
el "perder la forma", y contrapuntear las p
racticas artísticas actuales con los años 80.

1.- INCOMODIDAD
En primer lugar, señalar la incomodidad de la invitación. Quienes pasamos los cuarenta y ya tenemos más de 20 años de trabajo sabemos lo tedioso que se vuelve “volverse objeto de estudio”. No tanto por el tiempo de atención o la inocencia de los alumnos; sino, especialmente, por la violencia de una práctica que busca extraer del otro un cuento (“su” historia) y que no suele aportarle ni devolverle nada. Y una violencia especial cuando, en lugar de sostener el encuentro en la “escucha” del otro, se trata de “ponerle palabras” a su voz.
Entonces, comenzar señalando la incomodidad que el Grupo sintió frente a la demanda de tener que decir algo sobre el “perder la forma humana” o “lo sísmico”. Palabras que nos son ajenas, impuestas.
Pero bueno, intentaremos hacerlo, porque el respeto se construye en la confianza de que el otro sabrá escuchar lo que queremos decir antes que molestarse por la impertinencia de la observación.

2.- PLATAFORMAS ACTIVISTAS
Plataforma. Nos gusta la idea. Porque, generalmente, la plataforma alude a un territorio, a un espacio desde el cual lanzarse. Algo del riesgo y la aventura del que se tira por intuición. La grieta es algo de esto.
Primero, un espacio. Un espacio social, un grupo de amigos variopinto (plásticos, escenográfos, músicos, actores, escritores y lectores, abogados, sociólogos, biólogos, plomeros, electricistas, payasos, etc.), reunidos a comienzos de los 90 alrededor de una Revista. La idea que impulso la formación del grupo fue crear un espacio de pensamiento colectivo y de resistencia cultural y política en el marco del neoliberalismo que vaciaba la vida política, universitaria y cultural del país.
Y también un espacio para lanzarse. Pues si bien la dimensión literaria y editorial siempre estuvo en el centro de las practicas como coagulación de otras practicas (revista, cuadernos, folletines, periódicos murales, libros), también lo editorial funcionaba de excusa para la realización de otro tipo de activismo artístico y político: intervenciones en el espacio publico, colaboración con el grupo de Madres de Plaza de Mayo, realización de seminarios de formación, charlas, recitales de poesía, muestras de arte, etc.
Pero, al mismo tiempo, la idea de plataforma no nos gusta. Porque también nos hace pensar en un “arrojarse sin red”. Un riesgo bobo. Y La Grieta no se arriesga, se aventura. La aventura no es sin red, pues es siempre con otros. Y esos otros, esa confianza en otro “junto a la par”, es solo posible con el trabajo común y los largos tiempos que ese trabajo implica.

3.- SISMOS Y PLACAS TECTONICAS
Por eso también nos incomoda la idea de “sismo”. Lo sísmico es sacudón. Es deconstrucción. Los sismos generan grietas. Pero como decía mi compañera Andrea, no nos proponemos “hacer grietas”, sino habitarla.
Habitar las grietas. De nuevo, los largos tiempos del aquerenciamiento. No los sismos sino el lento movimiento de las placas tectónicas que se desplazan sin que lo percibamos. Y sin embargo levantan montañas.
Porque si bien los 90 fueron para la Grieta tiempos nómadas, siempre nos pensamos desde un territorio a habitar: latinoamericano, urbano, platense. Los 90 fueron nómadas para un montón de experiencias con las cuales yiramos juntos: las madres, otros artistas, los movimientos populares autónomos, etc.
Cuando en febrero de 2004 ocupamos el viejo galpón del Ferrocarril Provincial, comenzamos una nueva etapa: la revista en 3D, el pasaje de un etapa nómada a una situada en un territorio especifico: un interfase (la interfase es ese espacio que se genera en la frontera, en el encuentro entre el continente y el mar, que no es mero limite sino playa, espacio a habitar). La interfase del Galpón conecta el casco histórico y el barrio Altos de San Lorenzo, que fue creciendo por fuera de a lógica racionalista e higienista de la ciudad y, por ende, con una complejidad social, cultural y urbana diferente.
La recuperación del edificio en ruinas para convertirlo en un centro cultural significo para el grupo un debate y el despliegue de herramientas de gestión muy diferentes (pero no tanto).
Quizás pensando en la inquietud de nuestros compañeros por las herramientas, nuestra herramienta básica es “la comparticion”. No la cooperación, una acción conjunta; sino compartir, que está más en el orden de la dación, el dar del don diría Mauss. En los 90 por necesidad de espacios y recursos lo que llevaba a interactuar con otros, en los 2000 por las necesidades de gestión del espacio propio. Pero además porque esa necesidad de recursos siempre es la oportunidad de encontrarse con otros. No se le pide a cualquiera, pero tampoco se tiene tantos pruritos cuando hay una necesidad. Y a veces esos desprejuicios habilitan la sorpresa.
En el orden de responder por la relación por la política, por ejemplo, esto implica que no se adscribe a un partido o instancia estatal, pero tampoco andamos con los pruritos ideológicos del que puede sustentarse con financiamiento de las tres F (family, friends and fools). Y a veces, nos llevamos la sorpresa de encontrarnos en lugares donde no lo esperábamos una mirada amiga, un espacio a compartir (un negocio, una empresa, un organismo publico).

4.- REVISTA
Vuelvo, entonces, no movimientos sísmicos sino tectónicos. Nuestra practica "artivista” tiene otra forma de entender la política que no es el sacudón comunicacional sino el habitar compartido. No porque no hagamos “acciones”, de hecho los noventa fueron una serie de recitales, charlas, muestras, y revistas. Pero cada una de ellas se ataba en un hilo conductor que apoyaba la formación y debate cultural del grupo. Pensando una revista se hacia un seminario interno, un recital, una muestra. De hecho la revista terminaba siendo un ladrillo ilegible, por ese lenguaje críptico ojomochiano que curtíamos en esos tiempos, un libro objeto más valioso quizás por “las cositas que le colgaban y se caían de él” que por el contenido. Pero porque en realidad la revista no era solo ese objeto sino ese proceso detrás.

5.- MUESTRA AMBULANTE
Una de las acciones fundamentales en el Galpón fueron las Muestras Ambulantes que se desarrollaron en los años 1995, 2005, 2006, 2007 y 2009.
La Muestra ambulante en básicamente una experiencia interdisciplinaria que se propone llevar esos “oficios artísticos” a espacios no convencionales con el fin de transformar los modos de relacionarse con la obra, con la tríada artística (artista, curador, espectador) y sobretodo con el territorio: la vecindad.
Una intervención social, política y cultural en el barrio que significo la consolidación del vinculo territorial y la incidencia en el campo artístico platense en relación a los modos de definir el arte, la producción, la exhibición y la circulación de la obra.
La muestra tiene para un territorio específico las mismas formas de hacer que nos sostenían en los 90. Porque si pensamos no desde lo sísmico sino desde el lento movimiento de los largos tiempos de la historia en que se hace la política como modo de habitar un espacio, entonces no pensamos desde la intervención sino desde “los modos de hacer” que se configuran el proceso. Un proceso con dudas, sin certezas. Plagado de equívocos.

6.- LA EDUCACION ARTISTICA COMO "ARTIVISMO"
Hoy La Grieta sigue siendo ese proceso tectonico, donde el modo ha cobrado la forma de una apuesta por la formación. La dimensión educativa, sin estar atravesados por la educación popular y el desarrollo comunitario, pero con muchos elementos que señalan que ese es el modo de pensar el arte.
El grupo viene desarrollando actividades vinculadas a los lenguajes artísticos especialmente focalizando en la formación, promoción e intercambio: talleres (literatura, plástica, serigrafía, danza, objetos), seminarios, muestras, conferencias. Editorial, archivo y biblioteca; focalizando en niños y adolescentes, jóvenes y adultos.
La intervención que sacude las conciencias se juega ahora en los largos tiempos del espacio áulico, de la creación de legados, de la formación y la intervención comunitaria. Pensando el arte como una practica compartida de construcción de conocimiento social.


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